»En aquellos días, en el tiempo señalado, cuando restaure yo la suerte de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones y las haré bajar al valle de Josafat.  Allí entraré en juicio contra los pueblos en cuanto a mi propiedad, mi pueblo Israel, pues lo dispersaron entre las naciones y se repartieron mi tierra. (Joel 3:1-2)

Hace tres semanas, el 6 de diciembre de 2017, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reconoció a Jerusalén (sin límites definidos) como la capital de Israel.

Desde entonces, los palestinos han tomado represalias con cohetes desde Gaza y han creado disturbios en todo Israel. ¿Recuerdan que hace poco más de dos años, en septiembre de 2015, las Naciones Unidas reconocieron internacionalmente al Estado de Palestina permitiéndole enarbolar su bandera en la sede de la ONU y en oficinas en todo el mundo? 

En ese momento en el 2015, 136 de los 193 estados miembros (70.5%) ya habían reconocido un estado palestino, al menos simbólicamente.

Y ahora, a fines de 2017, el presidente Mahmoud Abbas de la Autoridad Palestina (AP) y la Organización de Cooperación Islámica (OCI), una coalición de 57 naciones árabes, acaba de declarar que Jerusalén Este es la capital del Estado de Palestina.

Esa capital (según los límites islámicos) incluye el Monte del Templo: el Monte donde Abraham ató a Isaac (Génesis 22), donde el Rey Salomón construyó el Primer Templo (2 Crónicas 3-6), y donde Yeshúa (Jesús) proclamó ser el Mesías mientras estaba en el Pórtico de Salomon en el Segundo Templo durante la temporada de Janucá (Juan 10: 22-30).

Casi 700 años después de la destrucción del Segundo Templo Judío por los romanos en el año 70 A.D, el Monte del Templo se convirtió en un sitio sagrado para los musulmanes y una abominación a la fe del Di-s de Abraham, Isaac y Jacob.

A fines del siglo VII, los líderes islámicos construyeron la Cúpula o el Domo de la Roca en el mismo lugar donde alguna vez estuvieron el Primer y el Segundo Templo.

Inscritas en ese edificio están las palabras: «Di-s no tiene hijo».

Estas palabras representan el espíritu del anti Mashiaj (Anticristo):

«todo profeta que no reconoce a Yeshúa no es de Di-s, sino del anti Mashiaj (Anticristo). Ustedes han oído que este viene; en efecto, ya está en el mundo». (1 Yochanan 4:3).

Sin embargo, sabemos que este edificio no permanecerá para siempre. Algún día será destruido y un Tercer Templo tomará su lugar (2 Tesalonicenses 2: 3-4).

Consideremos ahora una forma en que ese escenario podría ocurrir a la luz de la decisión del presidente Trump de designar a Jerusalén como capital de Israel y de construir allí una embajada de Estados Unidos.

La puerta de Oro (Golden Gate) en la Ciudad Vieja de Jerusalén es la puerta más cercana a la Monte de los Olivos. Fue sellado en el siglo XVI por los Turcos Otomanos quienes también colocaron un cementerio musulmán frente a él, se cree, para evitar que el Mashiaj pudiera entrar dadas las restricciones escritas por la Torá en el Levítico en lo referente a contaminarse con muertos. La puerta original fue destruida por los romanos en el año 70 DC, pero pudo haber estado en una posición similar en ese entonces. Probablemente fue la puerta que Yeshúa entró mientras cabalgaba en un burrito desde el Monte de los Olivos hacia el Templo Sagrado (Mateo 21: 1-11, Zacarías 9: 9).


Reuniendo el apoyo mundial contra Israel

La reciente decisión de represalia de designar a Jerusalén Oriental como la capital del Estado de Palestina fue anunciada el 13 de diciembre por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

Erdogan, quien es el presidente de la Organización de Cooperación Islámica (OIC) la cual está conformada 57 miembros, emitió una declaración final en la Cumbre Extraordinaria en Estambul y dijo:

«… se logrará una paz amplia y justa solo poniendo fin a la ocupación [de Israel] y estableciendo el Estado de Palestina independiente que tiene plena soberanía sobre la ciudad de Al-Quds Ash-Sharif [Jerusalén] como su capital eterna».

Ahí reside el obstáculo para una paz verdaderamente justa: ni el Estado de Israel ni el Estado de Palestina alcanzarán un acuerdo de paz hasta que cada uno reclame el control soberano eterno sobre Jerusalén y el Monte del Templo.

Y ahí radica el ímpetu para una guerra profetizada

Mientras Israel permanezca conectado a sus raíces bíblicas de mas de 3.000 años de antigüedad, luchará por Jerusalén porque la montaña en la que está construida Jerusalén no es simplemente una montaña, ni pertenece a ningún dios pagano.

El Di-s de Abraham, Isaac y Jacob dijo: «Más bien, elegí a Jerusalén para habitar en ella, y a David para que gobernara a mi pueblo Israel”. (2 Crónicas 6:6).

Y los profetas han declarado que Jerusalén es «el monte de YHVH» (Isaías 2:3; Miqueas 4:2; Zacarías 8: 3).

Pero hoy, el nombre de Di-s se borró en el Monte del Templo, y los judíos ni siquiera pueden rezar allí.

El 18 de diciembre de 2017, la embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas Nikki Haley levantó la mano para vetar una resolución contra la decisión del presidente Trump de hacer de Jerusalén la capital de Israel.

Apenas la semana pasada, 14 de las 15 naciones en el Consejo de Seguridad de la ONU (todas excepto Estados Unidos) votaron sí en una resolución para mantener el estado de la ciudad santa como no resuelto. La resolución también desalentó a cualquier nación a trasladar su embajada a Jerusalén. Sin embargo vimos como países como Guatemala y Honduras han dado el primer paso y se han manifestado a favor de trasladar sus respectivas embajadas a Jerusalén.
La embajadora de los Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, vetó la resolución.
«Ningún país le dirá a los Estados Unidos de América donde debemos poner nuestra embajada «. Haley dijo… ¿Quiénes son estas 14 naciones que han venido en contra de Israel y los Estados Unidos? Ellas, más o menos, representan a todas las naciones del mundo:
Cinco miembros permanentes se sientan en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas:
China (Asia), Francia, Rusia y el Reino Unido (Europa) y los Estados Unidos (América del Norte),
Y estos diez miembros no permanentes fueron elegidos por períodos de dos años:
Bolivia y Uruguay (América del Sur); Etiopía y Senegal (África); Egipto (África y Asia); Japón (Asia); Kazajstán (Asia y Europa); Italia, Suecia y Ucrania (Europa).
Para agregar sal a la herida de la agresión mundial contra Israel, en una decisión no vinculante, la Asamblea General de la ONU votó 128-9 (1+2+8=11 – 9) (9/11) con 35 abstenciones a favor en una resolución similar. Pero una abstención es lo mismo que un voto que no es SÍ. Entonces, podríamos decir que 163 naciones votaron en contra de Israel.
Las nueve naciones que votaron a favor de Israel (contra la resolución) fueron Guatemala y Honduras (países centroamericanos que han tenido un avivamiento para Yeshua), los Estados Unidos, Israel y estas cinco pequeñas naciones insulares cristianas: Togo, Micronesia, Nauru, Palau y las Islas Marshall
Colombia, en aguas tibias votó en abstención de la misma manera como votó hace 70 años. 
¡El mundo ha hablado en contra de Israel, la niña del Ojo de Di-s!
Una guerra profética en construcción

En la cumbre de la OCI, Erdogan dijo que todos los países que «valoran la ley internacional y la equidad» deberían reconocer a la «Jerusalén ocupada como la capital de Palestina». Y afirmó que los países islámicos
«nunca se darán por vencidos» en esta demanda.
Asimismo, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, advirtió que «no habrá paz o estabilidad» en el Medio Oriente hasta que se reconozca a Jerusalén como la capital de un estado palestino.
No es demasiado descabellado, entonces, creer que la OCI con 57 miembros podría unirse para declarar la guerra a fin de hacer su reclamo sobre Jerusalén.
Este es el escenario presentado en el Salmo 83 y en Ezequiel 38.
En el Salmo 83, una coalición de 10 miembros se une para destruir a Israel «como nación para que el nombre de Israel ya no sea recordado» (v. 4).
En Ezequiel 38, un líder del «extremo norte» llamado Gog unirá a muchas naciones «contra una tierra restaurada de la guerra, una tierra donde se reunieron personas de muchas naciones en las montañas de Israel». (v. 8)
Durante siglos, los estudiosos de la Biblia han cuestionado si Gog es de Rusia o Turquía. 
Muchos creen que Gog es un líder de Turquía.
El presidente de Turquía, Erdogan, ciertamente ha declarado una especie de guerra para convocar a todas las naciones a reconocer a Jerusalén como la capital de Palestina. En este esfuerzo, ha llamado a Israel un «estado asesino de niños» y un estado «terrorista».
Erdogan también ha declarado que Turquía abrirá una embajada en Jerusalén Oriental, ¡el primer país en prometer esto!
Quienquiera que lidere la guerra de Gog y Magog, sabemos que la invasión será rápida y severa, «avanzando como una tormenta, … como una nube que cubre la tierra» (Ezequiel 38: 9).
La devastación probablemente nivelará muchas estructuras en su camino, tal vez incluso la misma Cúpula de la Roca, lo que permitiría la reconstrucción del Templo en Jerusalén y la venida del Mashiaj Yeshua Ben David Melej Yisrael
Esto podría suceder antes de lo que pensamos.
Lo que sabemos con certeza es que el presidente Trump ha sacudido al mundo con su decreto y que estamos EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.
Sin embargo, solo Di-s sabe exactamente cómo se cumplirá Su Palabra en estos tiempos finales.
«Cuando veas a Jerusalén rodeada de ejércitos, debes saber que su desolación se ha acercado … Ahora, cuando estas cosas comiencen a tener lugar, endereza y levanta la cabeza, porque tu redención se acerca» (Lucas 21:20;28)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.