Jerusalén: crisol de las cocinas del mundo
2014
Este libro relata que tras cada receta hecha a base de las herramientas básicas a mano en la región –la cebolla, los garbanzos, el aceite de oliva, el yogur, los vegetales camino al horno–, el cocinero y su co-autor, Sami Tamimi, descifran una historia de origen y un uso contemporáneo que dejan claro que aun siendo compacta, tiene la capacidad de albergar casi al mundo entero. «¿Existe la llamada ‘comida de Jerusalén’?», se pregunta Ottolenghi en el tomo. «Hay que tener esto en cuenta: en esta ciudad hay monjes griegos ortodoxos, sacerdotes rusos ortodoxos, judíos jasídicos originarios de Polonia, judíos no ortodoxos provenientes de Tunisia, de Libia, de Francia o de Gran Bretaña; hay judíos sefardíes que han estado aquí durantes generaciones; tenemos musulmanes palestinos de Cisjordania y muchos otros de la ciudad y de más allá; hay judíos ashkenazi seculares de Rumanía, Alemania y Lituania, y los sefardíes recién llegados de Marruecos, de Irak, de Irán y de Turquía; tenemos árabes cristianos y armenios ortodoxos, judíos del Yemen y de Etiopía, pero también coptos etíopes; hay judíos de Argentina y del sur de la India; hay monjas rusas al cuidado de monasterios y hay un vecindario completo de judíos de Bukhara, en Uzbekistán. Todas estas personas, y muchas, muchas más, crean juntas un tapiz gastronómico inmenso».